Ya hemos  hablado de la necesidad de enseñar a los niños la habilidad de relajarse e ir hacia su interior. Y os hemos contado porqué y para qué hacer visualizaciones en el aula. En este artículo, la visualización que proponemos es para descubrir talentos y fomentar el valor de compartir

Para hacer una visualización es necesario empezar por cosas muy sencillas, sobretodo si son niños de infantil. Con chicos de 5º o 6º de primaria es posible elegir un tema, elegir algo en concreto que se quiera trabajar con ellos y hacer una visualización guiada que les lleve ahí. En esta foto, concretamente visualizamos la intención o la capacidad de compartir de cada uno de ellos.

Estas las incluimos en todas nuestras clases del Programa Talentarte de educación emocional y mindfulness que realizamos en centros educativos.

Desarrollo de la visualización

Los chicos empiezan sentados en el suelo y mirando hacia afuera del círculo dejando suficiente espacio entre ellos para posteriormente tumbarse y no chocarse. Les pedimos que extiendan el brazo derecho con la mano abierta hacia el centro del círculo. Una vez han encontrado la posición cómoda les ponemos una canica en la mano a cada uno de ellos, se sientan de nuevo y se les pide que pongan la mano izquierda en la tripa y la derecha con la canica en el corazón.

En primer lugar, se introduce a los chicos a la relajación, pidiéndoles que pongan su atención en la respiración, en como entra y sale el aire por su nariz, en cómo se infla la tripita y no el tórax, así respiramos unas cuantas veces. Posteriormente les indicamos que imaginen algún momento en su vida en el que están haciendo algo que les hace muy felices o que les gusta mucho hacerlo y que no tenga que ver con la tecnología, puede ser: saltar a la comba, hacer el pino, jugar al fútbol, hacer pulseras, cocinar, escribir cuentos … cualquier cosa que ellos cuando lo hacen son felices. Esto, puede ser un talento del niño o del joven y así es como lo trabajaremos posteriormente en la clase.

Una vez lo han encontrado, les pedimos que recreen el momento, ¿Cómo es ese momento?, ¿Dónde estás?, ¿Qué haces?, ¿Por qué estás contento?… Les hacemos saborear el momento. Ahí les pedimos que se tumben con la mano de la canica hacia el centro, y que busquen una palabra o frase que defina qué es lo que les hace felices.

Nosotros les ayudamos enunciando esas acciones: Ayudar, leer, imaginarme historias, cocinar, pintar crear algo nuevo… Según la edad de los chicos, esta palabra podrá ser más abstracta. En primaria, dirán escribir, pintar, cocinar, y en secundaria podemos estimularlos para que encuentren además una virtud o valor en eso que están ejecutando, puede ser la sinceridad, la generosidad, la colaboración, etc…

Una vez definida esa palabra o frase, ellos libremente deciden si quieren compartirlo con el resto de la clase, enseñar al resto de clase aquello que se les da bien y que les gusta tanto. Pero este gesto de compartir ha de hacerse con algo real, algo que lo simbolice. En este caso, usamos esas canicas en la mano como representación de la intención del niño a compartir o no.

“Ahora que conoces ese talento tuyo, que te hace tan feliz, puedes elegir compartirlo con tus compañeros de clase, contarles qué te gusta y porqué, cómo lo haces, porqué te sale bien, o si lo prefieres puedes quedártelo para ti. Ambas cosas están bien, tú eliges qué quieres hacer.

Si has decidido compartir, puedes soltar la canica que tienes en la mano hacia el centro en señal de que quieres compartir. Si no quieres hacerlo, quédatela para ti. Todo está bien”

Los chicos deciden libremente soltarla de su mano al centro indicando que ellos, quieren compartir ese talento o ese momento que les hace felices.

¿Y cómo terminamos esta relajación?

Volviendo a la respiración a su mano izquierda en la tripita. Hacemos el recorrido del aire desde que entra en la nariz hasta que llega a la tripa y viceversa.

“Muy bien, ahora vamos a llevar nuestra atención a la respiración. Inspira, fíjate en como entra el aire por tu nariz y llega a tu tripita, espira… expulsa el aire desde la tripa hacia a afuera, fíjate en como toca el aire por dentro de tu nariz. Muy bien. Otra vez, inspira… espira. Vamos a hacer 3 o 4 veces más, mientras que vamos volviendo aquí a este momento presente… y cuando quieras puedes abrir tus ojos.”

Resultados de la visualización

En nuestra experiencia más o menos el 80% la soltó.¡¡ La sorpresa fue grande para todos!! Pero sobretodo para aquellos que no soltaron la canica pues al ver tantas en el centro sintieron que habían hecho algo mal (esto es importante decirles que si han decidido quedársela está bien, no es un problema). Varios lanzaron la canica al centro :). También puede ser que no consiguieron concentrarse en la visualización y por eso no la soltaron.

Objetivo de esta visualización con niños o jóvenes

Ahora que estamos todos en círculo y con las ideas bien frescas sobre aquello que se nos da bien, vamos cediendo el turno a aquellos que quieran compartir lo que se han imaginado. Es un momento precioso.

En primaria pocos pensarán en talentos, más bien te describen un momento familiar en el que han sido felices. Pero puede haber sorpresas, pues el grado de madurez de cada niño es muy distinto. En secundaria, pueden salir temas, o talentos más profundos.

Lo que nos parece más importante aquí son varias cosas:

1. Que los chicos entiendan que es necesario poner atención en aquello que nos gusta hacer, que nos hace felices, que se nos da bien y saber que eso es un talento.
2. Que los chicos compartan momentos felices entre ellos, los cuenten abiertamente y expresen emociones.
3. Que descubran que otros chicos de su edad, quieren compartir. Eso les parece bien. Esto es especialmente importante para aquellos chicos que les cuesta abrirse o que viven con miedo inconsciente a ser decepcionados o burlados.