Los pensamientos son nuestros amigos y también nuestros mayores enemigos. Mucho se ha escrito sobre ellos y la gestión de los mismos es la base de la Inteligencia Emocional, concretamente de la conciencia emocional.
Este Ejercicio aquí propuesto nos ha gustado porque puede ser el primero en usarse con personas que nunca hayan hecho nada de relajación o de práctica en la atención en el presente.
Objetivo: Darse cuenta de que no sólo pensamos cuando queremos, sino que muchos pensamientos aparecen solos, sin que queramos pensarlos. Que frecuentemente éstos nos producen malestar, nos disgustan, o nos distraen de algo importante que queremos hacer, pero que podemos aprender un truco para que se vayan.
Material: Ninguno.
Cómo hacer: Primeramente explicaremos lo que contiene el punto Objetivo. A continuación usaremos el símil de los móviles o tablets: ¿Qué hacemos cuando nos aburre un juego que jugamos en la Tablet, teléfono celular o en la computadora? Pues, pasamos a otra pantalla con algo que nos gusta más. Explicamos que nuestro cerebro es como una pantalla que nos muestra imágenes, pensamientos. Cuando estos pensamientos o imágenes nos causan disgusto, podemos darnos cuenta de que nos hace mal y PASAMOS PANTALLA, PASAMOS LA PANTALLA QUE MUESTRA ESE PENSAMIENTO. Este es el truco: darnos cuenta y pasar pantalla. Lo haremos mejor cuanto más lo practiquemos.
Les invitamos a sentarse con la espalda recta o tumbados. Con los ojos cerrados respiramos tranquilos y esperamos a que en nuestra pantalla dentro de la cabeza aparezca algún pensamiento o imagen. Vamos a dejar que aparezca algún pensamiento que nos hace sentir mal, algo que nos da miedo, tristeza, vergüenza, enfado u otras cosas. Cuando aparece lo observamos, vemos de qué se trata, qué nos dice ese pensamiento y PASAMOS PANTALLA. Ahora nos quedamos tranquilos atendiendo a nuestra respiración.
Dialogo: Dependiendo de la edad de los niños, podemos dialogar y preguntarles (según su nivel) sobre su experiencia. ¿Apareció algún pensamiento que nos disgustó? ¿Pudimos darnos cuenta de lo que nos decía ese pensamiento y de lo que nos hacía sentir? ¿Pudimos pasar la pantalla?
Explicarles que pueden repetir el truco en otras ocasiones, pues la práctica es lo que les llevará a tener la habilidad de no quedar “enganchados” a pensamientos negativos. Explicar que además, cuando algo nos preocupa y pensamos en ello, es mejor hacer algo como preguntar y hablarlo con alguien de confianza que nos ayude a entender eso que nos preocupa.
